Rail Nation a través de la historia, parte 1

Prologo:

El aspecto del depósito de locomotoras se ha revisado completamente y ahora refleja los cambios de cada era. Nos gustaría aprovechar esta oportunidad para arrojar algo de luz a la fascinante historia de las locomotoras.

¡Subid a bordo por favor!

Cuidado con el escalón. Siguiendo el pasillo a la izquierda A la derecha encontrarás la puerta de tu cabina. Pasa dentro, guarda tu equipaje y toma asiento. Momento de relajarse. Recuéstate, apoya tu cabeza en el cojín, estira las piernas, apoya los brazos en el reposabrazos y echa un vistazo por la ventana. Enseguida comenzará en Rail Nation nuestro viaje a través de la historia.

Era 1:

1825 – 1925 aproximadamente

La noche cae, pero no está oscuro. La luz de las fábricas todavía resplandece donde largas columnas de humo se elevan sobre la ciudad. La industrialización cambiará la humanidad para siempre.

En el noreste de Inglaterra, entre Stockton y Dralington, tiene lugar el primero transporte de pasajeros en 1825. El transporte va a cargo de la locomotora llamada «número 1» en las vías iniciadas por Edward Pease. Cerca de las vías, una muchedumbre de gente se maravilla y vitorean mientras se hace historia.

En otra esquina del mundo totalmente diferente, miles de personas se dirigen a los ríos a probar suerte en las recién descubiertas minas de oro. La fiebre del Oro del siglo XIX se ha apoderado completamente de USA.

El DeWitt Clinton es la primera locomotora estadounidense programada, que entró en servicio en 1831 y viajaba entre Albany y Schenectady a una tremenda velocidad de 50 km/h. Los pasajeros se sientan tanto dentro de los vagones tipo carruaje como encima de ellos, una tendencia que no sobrevive mucho a la luz de las locomotoras de vapor. En el mismo año, se abre en Francia la primera línea en el continente europeo, Saint-Étienne – Lyon.

En Bélgica, año 1835, la primera locomotora de vapor aparece en las vías entre Bruselas y Mechelen. Poco después se construye una red ferroviaria nacional, que, hasta mitad del siglo XIX, es considerada la red ferroviaria más concentrada del continente. Nuestra locomotora más antigua, el Águila, hace su primera aparición.

Tras la guerra civil americana, la industria ferroviara se convierte en la segunda más grande de toda América. Personajes como Edward Henry Harriman o Cornelius Vanderbilt se convierten en magnates ferroviarios. Una de las locomotoras más frecuentes en esta época es la USARA 0-6-0.

Era 2:

1920 – 1950 aproximadamente

El siglo 20 comienza con un terrible detonante: la Primera Guerra Mundial arrasa naciones y cambia significativamente el curso de la historia.

Esta reconstrucción también afecta al mundo ferroviario. Al igual que en las ciudades, la necesidad del transporte, así como de las propias locomotoras de vapor, crece.  El depósito de locomotoras se adapta a este resultado: las vigas de madera dejan el paso a las modernas vigas de acero.

En 1938, el monstruo de las series de producción, la LNER-Class A4 establece un récord de velocidad punta para locomotoras de vapor, que a día de hoy permanece imbatible: 201,2 km/h.

Pero antes de que la humanidad pueda recuperarse de la Primera Guerra Mundial, aparece la Segunda Guerra Mundial. Los trenes europeos vuelven a ser usados en la guerra.

La historia de las locomotoras se desarrolla más positivamente en otros lugares. La PRR-Class T1 se convierte en una de las locomotoras más poderosas y rápidas del mundo en 1942.

Al sur del ecuador, las cosas también avanzan. Las locomotoras NSWGR-Class AD60 transportan principalmente carbón y mineral por Austrial y, en 1952, se convierten en las locomotoras de vapor más pesadas de todo el hemisferio sur.

A pesar de todos estos eventos, el avance de las locomotoras se vuelve imparable conforme nos acercamos a la siguiente era.